Las flores del mar, de José Emilio Pacheco | Poema

    Poema en español
    Las flores del mar

    A la memoria de Jaime García Terrés 
     
    Danza sobre las olas, vuelo flotante, 
    ductilidad, perfección, acorde absoluto 
    con el ritmo de las mareas, 
    la insondable música 
    que nace allá en el fondo y es retenida 
    en el santuario de las caracolas. 

    La medusa no oculta nada, 
    más bien despliega 
    su dicha de estar viva por un instante. 
    Parece la disponible, la acogedora 
    que sólo busca la fecundación, 
    no el placer ni el famoso amor, 
    para sentir: \xadYa cumplí, 
    ya ha pasado todo. 
    Puedo morir tranquila en la arena 
    donde me arrojarán las olas que no perdonan. 

    Medusa, flor del mar. La comparan 
    con la que petrifica a quien se atreve a mirarla. 
    Medusa blanca como la X'Tabay de los mayas 
    y la Desconocida que sale al paso y acecha 
    desde el Eclesiastés al pobre deseo. 

    Flores del mar y el mal las Medusas. 
    Cuando eres niño te advierten: 
    Limítate a contemplarlas. 
    Si las tocas, las espectrales 
    te dejarán su quemadura, 
    la marca a fuego, el estigma 
    de quien codicia lo prohibido. 

    Quizá dijiste en silencio: 
    \xadPretendo asir la marea, 
    acariciar lo imposible. 

    Nunca lo harás: las medusas 
    no son de nadie celestial o terrestre. 
    Son de la mar que no es ni mujer ni prójimo. 

    Son peces de la nada, plantas del viento, 
    quizá espejismos, 
    gasas de espuma ponzoñosa 

    En Veracruz las llaman aguas malas.