Idilio, de José Emilio Pacheco | Poema

    Poema en español
    Idilio

    Con aire de fatiga entraba el mar 
    en el desfiladero 
           El viento helado 
    dispersaba la nieve de la montaña 
    y tú 
    parecías un poco de primavera 
    anticipo 
    de la vida bullente bajo los hielos 
    calor 
       para la tierra muerta 
    cauterio 
        de su corteza ensangrentada 
    Me enseñaste los nombres de las aves 
    la edad 
        de los pinos inconsolables 
    la hora 
        en que suben y bajan las mareas 

    En la diafanidad de la mañana 
    se borraban las penas 
              la nostalgia 
    del extranjero 
           el rumor 
    de guerras y desastres 
    El mundo 
         volvía a ser un jardín 
    que repoblaban 
           los primeros fantasmas 
    una página en blanco 
              una vasija 
    en donde sólo cupo aquel instante 

    El mar latía 
          En tus ojos 
    se anulaban los siglos 
              la miseria 
    que llamamos historia 
               el horror 
    que agazapa su insidia en el futuro 
    Y el viento 
         era otra vez la libertad 
    que en vano 
          intentamos fijar 
    en las banderas 

    Como un tañido funerario entró 
    hasta el bosque un olor de muerte 
    Las aguas 
         se mancharon de Iodo y de veneno 
    Y los guardias 
           llegaron a ahuyentamos 
    Porque sin damos cuenta pisábamos 
    el terreno prohibido 
             de la fábrica atroz 
    en que elaboran 
            defoliador y gas paralizante