Tarde o temprano, de José Emilio Pacheco | Poema

    Poema en español
    Tarde o temprano

    Homenaje a Nezahualcoyotl 
     

       I 


    No tenemos raíces en la tierra. 
    No estaremos en ella para siempre: 
      sólo un instante breve. 

    También se quiebra el jade 
      y rompe el oro 
    y hasta el plumaje de quetzal se desgarra. 

    No tendremos la vida para siempre: 
      sólo un instante breve. 



       II 


    En el libro del mundo Dios escribe 
    con flores a los hombres 
      y con cantos 
    les da luz y tinieblas. 

    Después los va borrando: 
      guerreros, príncipes, 
    con tinta negra los revierte a la sombra 

      No somos reyes: 
    somos figuras en un libro de estampas. 



       III 


    Dios no fincó su hogar en parte alguna. 
    Solo, en el fondo de su cielo hueco, 
    está Dios inventando la palabra. 

    ¿Alguien lo vio en la tierra? 

      Aquí se hastía, 
    no es amigo de nadie. 

    Todos llegamos al lugar del misterio. 



       IV 


    De cuatro en cuatro nos iremos muriendo 
      aquí sobre la tierra. 

    Somos como pinturas que se borran, 
      flores secas, plumajes apagados. 

    Ahora entiendo este misterio, este enigma: 
    el poder y la gloria no son nada: 
    con el jade y el oro bajaremos 
      al lugar de los muertos. 

    De lo que ven mis ojos desde el trono 
    no quedará ni el polvo en esta tierra.