La casa del silencio, de José Gorostiza | Poema

    Poema en español
    La casa del silencio

    La casa del silencio 
    se yergue en un rincón de la montaña, 
    con el capuz de tejas carcomido. 
    Y parece tan dócil 
    que apenas se conmueve con el ruido 
    de algún árbol cercano, donde sueña 
    el amoroso cónclave de un nido. 

    Tal vez nadie la habita 
    ni la quiere, 
    Y acaso nunca la vivieron hombres; 
    pero su lento corazón palpita 
    con un profundo latir de resignando, 
    cuando el rumor la hiere 
    y la sangra del trémulo costado. 

    Imagino, en la casa del silencio, 
    un patio luminoso, decorado 
    por la hierba que roe las canales 
    y un muro despintado 
    al caer de las lluvias torrenciales. 

    Y en las noches azules, 
    la pienso conturbada si adivina 
    un balbucir de luz en sus escaños, 
    y la oigo verter con un ruido 
    ya casi imperceptible, contenido, 
    su lor paternal de tres mil años.