La luz sumisa, de José Gorostiza | Poema

    Poema en español
    La luz sumisa

    Alarga el día en matinal hilera 
    tibias manchas de sol por la ciudad. 
    Se adivina casi la primavera, 
    como si descendiera 
    en lentas ráfagas de claridad. 

    La luz, la luz sumisa 
    ( si no fuera 
    la luz, la llamaran sonrisa ) 
    al trepar en los muros, por ligera, 
    dibuja la imprecisa 
    ilusión de una blanda enredadera. 
    ¡Ondula, danza y trémula se irisa! 

    Y la ciudad, con íntimo candor, 
    bajo el rudo metal de una campana 
    despierta a la inquietud de la mañana, 
    y en gajos de color se deshilvana. 

    Pero puso el Señor, 
    a lo largo del día, 
    esencias de dolor 
    y agudo clavo de melancolía. 

    Porque la claridad, al descender 
    en giros de canción, 
    enciende una alegría de mujer 
    en el espejo gris del corazón. 

    Si ayer vimos la luna, desleída 
    sobre un alto silencioso de montañas... 
    si ayer la vimos derramarse en una 
    indulgencia de lámpara afligida, 
    y duele desnatar en las pestañas 
    el oro de la luna.