Revelación, de José María Pemán | Poema

    Poema en español
    Revelación

    ¡Cómo volaba el pensamiento mío!... 
    Fue un dulce anochecer. Se adivinaba 
    por su rumor, bajo la peña, el río, 
    y la mano del viento preludiaba 
    un aria triste en el pinar sombrío. 
    Como una bruma de melancolía, 
    no sé qué dulce calma bienhechora 
    pasó rozando con el alma mía... 
    Tú que en mí estás, mujer, a toda hora, 
    ¡nunca has estado en mí como aquel día!... 

    Quise gritar mi pena. 
    y ante la soledad de los caminos 
    alfombrados de luna y la serena 
    quietud de muerte de la noche, llena 
    de olor de flores y rumor de pinos, 
    «¡La quiero!...», dije con fervor sincero. 
    «¡La quiero!...», repetí, y el aire blando, 
    con un rodar de voces fue gritando 
    desde la sierra hasta el pinar: «¡La quiero! 

    Callé y calló la noche. El alma mía 
    volvió a encerrarse en la melancolía 
    de este secreto amor hondo y austero, 
    que nadie sabe y del que nada espero... 
    ¡Sólo lo supo el agua que corría 
    y una flor desvelada, que tenía 
    una cita de amor con un lucero...!