A la memoria desgraciada del joven literato d. Mariano José de Larra, de José Zorrilla | Poema

    Poema en español
    A la memoria desgraciada del joven literato d. Mariano José de Larra

    Ese vago clamor que rasga el viento 
    es la voz funeral de una campana; 
    vano remedo del postrer lamento 
    de un cadáver sombrío y macilento 
    que en sucio polvo dormirá mañana. 

    Acabó su misión sobre la tierra, 
    y dejó su existencia carcomida, 
    como una virgen al placer perdida 
    cuelga el profano velo en el altar. 
    Miró en el tiempo el porvenir vacío, 
    vacío ya de ensueños y de gloria, 
    y se entregó a ese sueño sin memoria, 
    ¡que nos lleva a otro mundo a despertar! 

    Era una flor que marchitó el estío, 
    era una fuente que agotó el verano: 
    ya no se siente su murmullo vano, 
    ya está quemado el tallo de la flor. 
    Todavía su aroma se percibe, 
    y ese verde color de la llanura, 
    ese manto de yerba y de frescura 
    hijos son del arroyo creador. 

     Que el poeta, en su misión 
     sobre la tierra que habita, 
     es una planta maldita 
     con frutos de bendición. 

    Duerme en paz en la tumba solitaria 
    donde no llegue a tu cegado oído 
    más que la triste y funeral plegaria 
    que otro poeta cantará por ti. 
    Ésta será una ofrenda de cariño 
    más grata, sí, que la oración de un hombre, 
    pura como la lágrima de un niño, 
    ¡memoria del poeta que perdí! 

     Si existe un remoto cielo 
     de los poetas mansión, 
     y sólo le queda al suelo 
     ese retrato de hielo, 
     fetidez y corrupción; 
     ¡digno presente por cierto 
     se deja a la amarga vida! 
     ¡Abandonar un desierto 
     y darle a la despedida 
     la fea prenda de un muerto! 





    Poeta, si en el no ser 
    hay un recuerdo de ayer, 
    una vida como aquí 
    detrás de ese firmamento... 
    conságrame un pensamiento 
    como el que tengo de ti. 

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