¡Granados en cielo azul!
¡Calle de los marineros!
¡Son tus árboles tan verdes,
es tan alegre tu cielo!
¡Viento ilusorio de mar!
¡Calle de los marineros
(ojo gris, pelo de oro,
rostro florido y moreno)!
La mujer canta a la puerta:
«¡Vida de los marineros;
el hombre siempre en el mar,
y el corazón en el viento!
(Estrella del mar, ten tú siempre
en tus manos los remos;
que, bajo tus ojos, sean dulce
el mar y azul el cielo!)»
... Por la tarde, brilla el aire;
el ocaso está de ensueños;
es un oro de nostaljia,
de llanto y de pensamiento.
(Como si el viento trajera
el sinfín y, en su revuelto
afán, la pena mirara
y oyera a los que están lejos).
¡Viento ilusorio de mar!
¡Calle de los marineros
(la blusa azul, y la cinta
del milagro sobre el pecho)!
¡Granados en cielo azul!
¡Calle de los marineros!
¡El hombre siempre en el mar,
y el corazón en el viento!