La trasparencia, Dios, la trasparencia, de Juan Ramón Jiménez | Poema

    Poema en español
    La trasparencia, Dios, la trasparencia

    Dios del venir, te siento entre mis manos, 
    aquí estás enredado conmigo, en lucha hermosa 
    de amor, lo mismo 
    que un fuego con su aire. 

    No eres mi redentor, ni eres mi ejemplo, 
    ni mi padre, ni mi hijo, ni mi hermano; 
    eres igual y uno, eres distinto y todo; 
    eres dios de lo hermoso conseguido, 
    conciencia mía de lo hermoso. 

    Yo nada tengo que purgar. 
    Toda mi impedimenta 
    no es sino fundación para este hoy 
    en que, al fin, te deseo; 
    porque estás ya a mi lado 
    en mi eléctrica zona, 
    como está en el amor el amor lleno. 

    Tú, esencia, eres conciencia; mi conciencia 
    y la de otros, la de todos 
    con la forma suma de conciencia; 
    que la esencia es lo sumo, 
    es la forma suprema conseguible, 
    y tu esencia está en mí, como mi forma. 

    Todos mis moldes, llenos 
    estuvieron de ti; pero tú, ahora, 
    no tienes molde, estás sin molde; eres la gracia 
    que no admite sostén, 
    que no admite corona, 
    que corona y sostiene siendo ingrave. 

    Eres la gracia libre, 
    la gloria del gustar, la eterna simpatía, 
    el gozo del temblor, la luminaria 
    del clariver, el fondo del amor, 
    el horizonte que no quita nada; 
    la transparencia, dios la transparencia, 
    el uno al fin, dios ahora sólito en el uno mío, 
    en el mundo que yo por ti y para ti he creado. 

    Juan Ramón Jiménez (1881-1958) es un autor esencial para la poesía en lengua española. Sus propuestas estéticas marcan una línea divisoria entre el Romanticismo de Espronceda y Bécquer, bajo cuya influencia escribe sus primeros versos, y el Modernismo y las vanguardias de las primeras décadas del siglo XX. Deslumbran en su poesía el rico caudal de sus luminosas imágenes y la profundidad conceptual y simbólica de sus versos. El exilio en América durante las décadas de los cuarenta y cincuenta enriquece su poesía, la cual adquiere una dimensión cósmica y mística sin precedentes en la tradición española. No en vano fue Premio Nobel de Literatura en 1956 por el conjunto de su obra.