Como aquella nube blanca, de León Felipe | Poema

    Poema en español
    Como aquella nube blanca

    Ayer estaba mi amor 
    como aquella nube blanca 
    que va tan sola en el cielo 
    y tan alta, 
    como aquella 
    que ahora pasa 
    junto a la luna 
    de plata. 

    Nube 
    blanca, 
    que vas tan sola en el cielo 
    y tan alta, 
    junto a la luna 
    de plata, 
    vendrás a parar 
    mañana, 
    igual que mi amor, 
    en agua, 
    en agua del mar 
    amarga. 

    Mi amor tiene el ritornelo 
    del agua, que, sin cesar, 
    en nubes sube hasta el cielo 
    y en lluvia baja hasta el mar. 

    El agua, aquel ritornelo, 
    de mi amor, que, sin cesar, 
    en sueños sube hasta el cielo 
    y en llanto baja hasta el mar.

    • Oh, este dolor, 
      este dolor de no tener ya lágrimas; 
      este dolor 
      de no tener ya llanto 
      para regar el polvo. 
      ¡Oh, este llanto de España, 
      que ya no es más que arruga y sequedad... 
      mueca, 
      enjuta congoja de la tierra, 

    • He llegado al final... 
      ¿Quién me ha traído hasta aquí... 
      y por qué me han traído hasta aquí? 
      Yo no quería cantar... 
      Y ahora parece que este era solo mi destino: 
      cantar, rezar, gritar, llorar, blasfemar... 
      Y con una voz de publicano, 

    • Aquí estoy... 
      En este mundo todavía... Viejo y cansado... Esperando 
          a que me llamen... 
      Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita 
          y condenada 
      y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro 
          y me ha dicho severo: 

    • Tu estabas dormida 
      como el agua que duerme en la alberca... 
      y yo llegué a ti 
      como llega 
      hasta el agua que duerme 
      la piedra. 
      Turbé tu remanso y en ondas de amor te quebraste 
      como en ondas el agua que duerme se quiebra 
      cuando 
      llega 

    • Pasan los días y los años, corre la vida 
      y uno no sabe por qué vive... 
      Pasan los días y los años, llega la muerte 
      y uno no sabe por qué muere. 
      Y un día el hombre se pone a llorar sin más ni más, 
      sin saber por qué llora 
      por quién llora... 

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