Soy un vagabundo, de León Felipe | Poema

    Poema en español
    Soy un vagabundo

    Yo no soy más que un hombre sin oficio y sin gremio, 
    No soy un constructor de cepos. ¿Soy yo un constructor 
    de cepos? 
    ¿He dicho alguna vez: Clavad esas ventanas, poned 
    vidrios y pinchos en las cercas? 
    Yo he dicho solamente: No tengo podadera, ni tampoco 
    un reloj de precisión que marque exactamente los 
    rítmicos latidos del poema. 
    Pero sé la hora que es. 
    No es la hora de la flauta. 
    ¿Piensa alguno que porque la trilita dispersó los orfeones 
    tendremos que llamar de nuevo a los flautistas? 
    No. 
    No es ésta ya la hora de la flauta. 
    Es la hora de andar, de salir de la cueva y andar...  
    de andar...  de andar...  de andar. 

    Yo soy un vagabundo, 
    yo no soy más que un vagabundo sin ciudad, sin decálogo 
    y sin tribu. 
    Y mi éxodo es ya viejo. 
    En mis ropas duerme el polvo de todos los caminos 
    y el sudor de muchas agonías. 
    Hay saín en la cinta de mi sombrero, 
    mi bastón se ha doblado 
    y en la suela de mis zapatos llevo sangre, llanto y tierra 
    de muchos cementerios. 
    Lo que sé me lo han enseñado 
    el Viento, 
    los gritos 
    y la sombra...  ¡la sombra!

    • Oh, este dolor, 
      este dolor de no tener ya lágrimas; 
      este dolor 
      de no tener ya llanto 
      para regar el polvo. 
      ¡Oh, este llanto de España, 
      que ya no es más que arruga y sequedad... 
      mueca, 
      enjuta congoja de la tierra, 

    • He llegado al final... 
      ¿Quién me ha traído hasta aquí... 
      y por qué me han traído hasta aquí? 
      Yo no quería cantar... 
      Y ahora parece que este era solo mi destino: 
      cantar, rezar, gritar, llorar, blasfemar... 
      Y con una voz de publicano, 

    • Aquí estoy... 
      En este mundo todavía... Viejo y cansado... Esperando 
          a que me llamen... 
      Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita 
          y condenada 
      y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro 
          y me ha dicho severo: 

    • Tu estabas dormida 
      como el agua que duerme en la alberca... 
      y yo llegué a ti 
      como llega 
      hasta el agua que duerme 
      la piedra. 
      Turbé tu remanso y en ondas de amor te quebraste 
      como en ondas el agua que duerme se quiebra 
      cuando 
      llega 

    • Pasan los días y los años, corre la vida 
      y uno no sabe por qué vive... 
      Pasan los días y los años, llega la muerte 
      y uno no sabe por qué muere. 
      Y un día el hombre se pone a llorar sin más ni más, 
      sin saber por qué llora 
      por quién llora... 

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