Aunque siegue la voz, de Leopoldo de Luis | Poema

    Poema en español
    Aunque siegue la voz

    Aunque siegue la voz con que tu nombre 
    digo, tu nombre irá, como una hoguera, 
    abrasando estos huesos y esta carne de hombre 
    con perpetuo verdor de primavera. 

    Aunque ciegue la herida de mis ojos 
    donde vive la luz de tus paisajes, 
    en los del alma, de ceguera rojos, 
    siempre se estrellarán tus oleajes. 

    Aunque duela el silencio, como espada 
    fundida en lentas fraguas de amargura, 
    sonará esta verdad desesperada, 
    mordida tierra entre mi dentadura. 

    Sorda la voz, el sueño enarenado, 
    las pupilas, el alma, la garganta arañadas, 
    ronco, diré que hay en mi pecho, hincado, 
    un árbol que florece rosas ensangrentadas. 

    Respiro por la herida. 
    Por esta viva herida de mi muerte; 
    por esta mortal llaga de mi vida 
    que años y sueños y fracasos vierte. 

    Respiro por la herida este aire triste 
    empapado de humana pesadumbre. 
    Y un claro viento insiste 
    contra muros de tedio y de costumbre. 

    Pisando mi dolor, legiones de hombres pasan 
    ciegos, hacia esta misma hoguera mía. 
    ¿Para siempre se salvan? ¿Para siempre 
    se abrasan? 
    Yo sólo sé que busco mi verdad día a día.