Bastó un gesto, una palabra vuestra para
que todo se hiciese aire, o menos que aire...
Brujas que hablabais el lenguaje del viento,
a medianoche, el lengiuaje del viento golpeando
las ventanas, el lenguaje del viento
crujiendo en los desvanes, el lenguaje olvidado del viento.
El lenguaje de la noche,
que hizo de vosotras el sol, su torpe claridad,
su exactitud brutal, qué fue de vosotras
cuando el sol secó para siempre nues-
tras almas...
Qué fácil entonces el miedo,
brujas, brujas aventadas por el soplo de un
demonio más terrible que el mismo demonio...
Qué extraño maleficio no deja llegar la noche,
oh deshacer con un gesto el mundo...
Bastó un gesto, una palabra vuestra para
que todo se hiciese aire, o menos que aire...
Brujas que hablabais el lenguaje del viento,
a medianoche, el lengiuaje del viento golpeando
las ventanas, el lenguaje del viento
La poesía destruye al hombre
mientras los monos saltan de rama en rama
buscándose en vano a sí mismos
en el sacrílego bosque de la vida
las palabras destruyen al hombre
¡y las mujeres devoran cráneos con tanta hambre
de vida!
«Ten piedad de mi larga miseria»
Le fleurs du mal, Charles Baudelaire
Tú que eres tan sólo
una herida en la pared
y un rasguño en la frente
que induce suavemente a la muerte:
tú ayudas a los débiles
mejor que los cristianos
Te mataré mañana cuando la luna salga
y el primer somormujo me diga su palabra.
He vivido entre los arrabales, pareciendo
un mono, he vivido en la alcantarilla
transportando las heces,
he vivido dos años en el Pueblo de las Moscas
y aprendido a nutrirme de lo que suelto.
Fui una culebra deslizándose
por la ruina del hombre, gritando
Tengo un idiota dentro de mí, que llora,
que llora y que no sabe, y mira
sólo la luz, la luz que no sabe.
Tengo al niño, al niño bobo, como parado
en Dios, en un dios que no sabe
sino amar y llorar, llorar por las noches
Fumo mucho. Demasiado.
Fumo para frotar el tiempo y a veces oigo la radio,
y oigo pasar la vida como quien pone la radio.
Fumo mucho. En el cenicero hay
ideas y poemas y voces
de amigos que no tengo. Y tengo
la boca llena de sangre,
A mi tía Margot
Se diría que está aún en la balaustra del balcón
mirando a nadie, llorando,
Se diría que eres aún visto como siempre
que eres aún en la tierra un niño difunto.
Se diría, se arriesga
el poema por alguien