Decid qué es aquello tieso, con dos limones al cabo, barbado a guisa de nabo, blando y duro como güeso; de corajudo y travieso lloraba leche sabrosa. ¿Qué es cosa y cosa?
¿Qué es aquello que se lanza por las riberas de Júcar? Parece caña de azúcar, aunque da botes de lanza; hiere, sin tomar venganza de la parte querellosa. ¿Y qué es cosa y cosa?
Aquel ojal que está hecho junto de Fuenterrabía, digáisme, señora mía ¿cómo es ancho siendo estrecho? Y ¿por qué, mirando al techo, es su fruta más sabrosa? ¿Y qué es cosa y cosa?
¿Por qué vuela pico a viento, y sin comer hace papo? ¿Por qué, cuanto más le atapo, más se abre de contento? Y, si es tintero de asiento, ¿cómo bulle y no reposa? ¿Y qué es cosa y cosa?
Larache, aquel africano fuerte, ya que no galán, al glorioso San Germán, rayo militar cristiano, se encomendó, y no fue en vano, pues cristianó luego al moro, y por más pompa y decoro, siendo su compadre él mismo, diez velas llevó al baptismo
La más bella niña de nuestro lugar, hoy viuda y sola y ayer por casar, viendo que sus ojos a la guerra van, a su madre dice que escucha su mal: Dexadme llorar, orillas del mar...
Ándeme yo caliente y ríase la gente. Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno, y las mañanas de invierno naranjada y aguardiente, y ríase la gente.
Mientras por competir con tu cabello, oro bruñido al sol relumbra en vano, mientras con menosprecio en medio el llano mira tu blanca frente el lilio bello;