Misterio, de Manuel Acuña | Poema

    Poema en español
    Misterio

    Si tu alma pura es un broche 
    que para abrirse a la vida 
    quiere la calma adormecida 
    de las sombras de la noche; 

    si buscas como un abrigo 
    lo más tranquilo y espeso, 
    para que tu alma y tu beso 
    se encuentren sólo conmigo; 

    y si temiendo en tus huellas 
    testigos de tus amores, 
    no quieres ver más que flores, 
    más que montañas y estrellas; 

    yo sé muchas grutas, y una 
    donde podrás en tu anhelo, 
    ver un pedazo de cielo 
    cuando aparezca la luna. 

    Donde a tu tímido oído 
    no llegarán otros sones 
    que las tranquilas canciones 
    de algún ruiseñor perdido. 

    Donde a tu mágico acento 
    y estremecido y de hinojos, 
    veré abrirse ante mis ojos 
    los mundos del sentimiento. 

    Y donde tu alma y la mía, 
    como una sola estrechadas, 
    se adormirán embriagadas 
    de amor y melancolía. 

    Ven a esta gruta y en ella 
    yo te daré mis desvelos, 
    hasta que se hunda en los cielos 
    la luz de la última estrella. 

    Y antes que el ave temprana 
    su alegre vuelo levante, 
    y entre los álamos cante 
    la vuelta de la mañana, 

    yo te volveré al abrigo 
    de tu estancia encantadora, 
    donde el recuerdo de esa hora 
    vendrás a soñar conmigo... 

    Mientras que yo en el exceso 
    de la pasión que me inspiras 
    iré a soñar que me miras, 
    e iré a soñar que te beso.

    Manuel Acuña nació en Saltillo (México) en 1849. Se inscribe en los estudios de Medicina en 1868, aunque se dedica principalmente a la Literatura. En 1869 funda la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl y comienza a publicar sus primeros poemas en la revista Iberia. Su obra está caracterizada por un romanticismo vehemente y la oposición directa al racionalismo. Su novela El pasado (1872) y sobre todo sus poemas, rápidamente difundidos, se asemejan al estilo de autores clásicos del Romanticismo, como Espronceda o Heine. Sus poemas, entre los que destacan Ante un cadáver y Nocturno, fueron reunidos y publicados póstumamente en 1874, un año después del suicidio por amor del poeta, a los 24 años de edad.