Este jueves depende de tu boca. Debes cuidarlo igual que un parque a un niño, como cuida el otoño cada hoja y le procura el aire necesario para que se reúna con las otras.
Yo tuve el corazón capaz de lluvia. Ocurría febrero con sus alas y el tiempo digital nos puso juntas las manos y los ojos y los cuerpos: toda la tierra que el amor excusa.
Igual que el viento en las banderas altas se comportó en nosotros esta música.
Un arcángel me ronda indiferente, oigo sus alas cerca de mi aliento; un arcángel me ronda, yo lo siento con el peso del aire por mi frente. El me enseñó a decir “inútilmente” y a darle los propósitos al viento; su espada, del metal del desaliento
Lo mejor del recuerdo es el olvido... Málaga naufragaba y emergía... Manuel, junto a la mar, desentendido; yo era un niño jugando a la alegría. Ahora juego a todo lo que obliga la impuesta profesión de ser humano, y a veces, al final de la fatiga,