No es cinismo. Es la verdad: Yo quiero a una mujer mala fuera de la sociedad. Una déclassée, lo sé, pero… ¿la conoce usté? ¡No! Pues, bueno; sea usted bueno y cállese, que es el saber más profundo, y nadie diga en el mundo de este agua no beberé.
Es hermosa. Sabe ser a ratos voluptuosa y querer, o no querer.
De la prosa, sabe hacer otra cosa. Y es mujer muy hermosa, muy hermosa y muy mujer.
Lo tiene todo bonito mi Phriné… Desde el cabello hasta el pie chiquito.
De un sol que brilla y no arde la última lumbre serena... Una campana que suena en el palor de la tarde... De una ovejuela cobarde el anheloso balar... Y una moza del lugar que oye charlar a la fuente, con el pensamiento ausente
Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed. Unos ojos de hastío y una boca de sed... Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe... Calaveradas, amoríos... Nada grave, Un poco de locura, un algo de poesía, una gota del vino de la melancolía...