Que todo se apacigüe, de María Zambrano | Poema

    Poema en español
    Que todo se apacigüe

    Que todo se apacigüe como una luz de aceite. 
    Como la mar si sonríe, 
    como tu rostro si de pronto olvidas. 
    Olvida porque yo he olvidado 
    ya todo. Nada sé. 
    Cerca de ti nada sé. 
    Nada sé bajo tu sombra amarilla 
    simiente del árbol del olvido. 
    Y todo volverá a ser como antes. 
    Antes, cuando ni tú ni yo habíamos nacido. 
    Pero ¿nacimos acaso?… O tal vez, no, 
    todavía no. 
    Nada, todavía nada. Nunca nada. 
    Somos presente sin pensamientos. 
    Labios sin suspiros, mar sin horizontes, 
    como una luz de aceite se ha extendido el olvido.

    • Que todo se apacigüe como una luz de aceite. 
      Como la mar si sonríe, 
      como tu rostro si de pronto olvidas. 
      Olvida porque yo he olvidado 
      ya todo. Nada sé. 
      Cerca de ti nada sé. 
      Nada sé bajo tu sombra amarilla 
      simiente del árbol del olvido. 

    • Bajo la flor, la rama 
      sobre la flor, la estrella 
      bajo la estrella, el viento; 
      ¿Y más allá? 
      Más allá ¿no recuerdas?, sólo la nada 
      la nada, óyelo bien, mi alma, 
      duérmete, aduérmete en la nada. 
      Si pudiera, pero hundirme. 

      Bajo la flor, la rama… 

    • Comencé a cantar entre dientes por obedecer en la oscuridad absoluta que no había hasta entonces conocido, la vieja canción del agua todavía no nacida, confundida con el gemido de la que nace; el gemido de la madre que da a luz una y otra vez para acabar de nacer ella misma, entremezclado con el