Cuando de nuestro amor la llama apasionada dentro tu pecho amante contemple ya extinguida, ya que solo por ti la vida me es amada, el día en que me faltes, me arrancaré la vida.
Porque mi pensamiento, lleno de este cariño, que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo. Lejos de tus pupilas es triste como un niño que se duerme, soñando en tu acento de arrullo.
Para envolverte en besos quisiera ser el viento y quisiera ser todo lo que tu mano toca; ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento para poder estar más cerca de tu boca.
Vivo de tu palabra y eternamente espero llamarte mía como quien espera un tesoro. lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.
Perdona que no tenga palabras con que pueda decirte la inefable pasión que me devora; para expresar mi amor solamente me queda rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda ¡dejar mi palpitante corazón que te adora!
Se va con algo mío la tarde que se aleja; mi dolor de vivir es un dolor de amar; y al son de la garúa, en la antigua calleja, me invade un infinito deseo de llorar.
Princesa de los ojos floridos y románticos que vierten una suave luz purificadora, por quien deshojo todos los lirios de mis cánticos y hay en mis negras noches esplendores de aurora;
Con el frú-frú sedoso de femenil enagua deshilaba en la costa sus encajes el agua...
Oh, la isla melodiosa! surgía de las ondas como una enorme rosa primaveral, o el cuerpo de la niña; era la voluptuosa isla donde vendimia Amor su roja viña...
Cuando de nuestro amor la llama apasionada dentro tu pecho amante contemple ya extinguida, ya que solo por ti la vida me es amada, el día en que me faltes, me arrancaré la vida.