Citeres, de Medardo Ángel Silva | Poema

    Poema en español
    Citeres

    Con el frú-frú sedoso de femenil enagua 
    deshilaba en la costa sus encajes el agua... 

    Oh, la isla melodiosa! 
    surgía de las ondas como una enorme rosa 
    primaveral, o el cuerpo de la niña; 
    era la voluptuosa 
    isla donde vendimia Amor su roja viña... 

    Oh, ingénuas albas! Oh, inocencias! Era 
    en la frescura de la Primavera 
    blanca de lirios opulentos. Sobre 
    el mar azul marchaba mi galera. 
    Sonaba el viento sus eolias flautas 
    y daba el mar su fragancia salobre 
    que fue el incienso de los argonautas. 

    Y sonó entonces el erótico 
    llanto de las oceánides, en las rubias arenas 
    soplaban caracoles rosados las sirenas; 
    se cerraron los Párpados por el influjo hipnótico... 
    y el triunfo fue de las sirenas...! 

    Al fin, dejé esas playas... (Descendía la noche 
    Ulises, en la sombra, me daba su reproche... 
    Blancos miembros desnudos 
    de mujeres, quedaban en la playa fragante; 
    y teñidos de sangre vi sus brazos menudos 
    al temblor luminoso de una estrella distante... 

    Me incorporé... (Mordía en mis carnes el frío... ). 
    Y miré un corazón palpitando en sus manos; 
    llevé mi mano al pecho... y la encontré vacío... 
    Y seguí, oyendo el ritmo de los astros lejanos...!