Te me mueres de casta y de sencilla: 
estoy convicto, amor, estoy confeso 
de que, raptor intrépido de un beso, 
yo te libé la flor de la mejilla. 
Yo te libé la flor de la mejilla, 
y desde aquella gloria, aquel suceso, 
tu mejilla, de escrúpulo y de peso,