Lo queramos o no sólo tenemos tres alternativas: el ayer, el presente y el mañana.
Y ni siquiera tres porque como dice el filósofo el ayer es ayer nos pertenece sólo en el recuerdo: a la rosa que ya se deshojó no se le puede sacar otro pétalo.
Las cartas por jugar son solamente dos: el presente y el día de mañana.
Y ni siquiera dos porque es un hecho bien establecido que el presente no existe sino en la medida en que se hace pasado y ya pasó... como la juventud.
En resumidas cuentas sólo nos va quedando el mañana: yo levanto mi copa por ese día que no llega nunca pero que es lo único de lo que realmente disponemos.
Creo en un + allá donde se cumplen todos los ideales Amistad Igualdad Fraternidad excepción hecha de la Libertad ésa no se consigue en ninguna parte somos esclavos x naturaleza
Juro que no recuerdo ni su nombre, mas moriré llamándola María, no por simple capricho de poeta: por su aspecto de plaza de provincia. ¡Tiempos aquellos!, yo un espantapájaros, ella una joven pálida y sombría. Al volver una tarde del Liceo
El autor no responde de las molestias que puedan ocasionar sus escritos: Aunque le pese. El lector tendrá que darse siempre por satisfecho. Sabelius, que además de teólogo fue un humorista consumado,
A recorrer me dediqué esta tarde las solitarias calles de mi aldea acompañado por el buen crepúsculo que es el único amigo que me queda. Todo está como entonces, el otoño y su difusa lámpara de niebla, sólo que el tiempo lo ha invadido todo
La mujer imposible, la mujer de dos metros de estatura, la señora de mármol de carrara que no fuma ni bebe, la mujer que no quiere desnudarse por temor a quedar embarazada, la vestal intocable que no quiere ser madre de familia,