Manifiesto, de Nicanor Parra | Poema

    Poema en español
    Manifiesto

    Señoras y señores 
    esta es nuestra última palabra. 
    -Nuestra primera y última palabra- 
    los poetas bajaron del Olimpo. 

    Para nuestros mayores 
    la poesía fue un objeto de lujo 
    pero para nosotros 
    es un artículo de primera necesidad: 
    no podemos vivir sin poesía. 

    A diferencia de nuestros mayores 
    -Y esto lo digo con todo respeto- 
    nosotros sostenemos 
    que el poeta no es un alquimista 
    el poeta es un hombre como todos 
    un albañil que construye su muro: 
    un constructor de puertas y ventanas. 

    Nosotros conversamos 
    en el lenguaje de todos los días 
    no creemos en signos cabalísticos. 

    Además una cosa: 
    el poeta está ahí 
    para que el árbol no crezca torcido. 

    Este es nuestro lenguaje. 
    Nosotros denunciamos al poeta demiurgo 
    al poeta Barata 
    al poeta Ratón de Biblioteca. 

    Todo estos señores 
    -Y esto lo digo con mucho respeto- 
    deben ser procesados y juzgados 
    por construir castillos en el aire 
    por malgastar el espacio y el tiempo 
    redactando sonetos a la luna 
    por agrupar palabras al azar 
    a la última moda de París. 
    Para nosotros no: 
    el pensamiento no nace en la boca 
    nace en el corazón del corazón. 

    Nosotros repudiamos 
    la poesía de gafas obscuras 
    la poesía de capa y espada 
    la poesía de sombrero alón. 
    Propiciamos en cambio 
    la poesía a ojo desnudo 
    la poesía a pecho descubierto 
    la poesía a cabeza desnuda. 

    No creemos en ninfas ni tritones. 
    La poesía tiene que ser esto: 
    una muchacha rodeada de espigas 
    o no ser absolutamente nada. 

    Ahora bien, en el plano político 
    ellos, nuestros abuelos inmediatos, 
    ¡Nuestros buenos abuelos inmediatos! 
    se refractaron y dispersaron 
    al pasar por el prisma de cristal. 
    Unos pocos se hicieron comunistas. 
    Yo no sé si lo fueron realmente. 
    Supongamos que fueron comunistas, 
    lo que sé es una cosa: 
    que no fueron poetas populares, 
    fueron unos reverendos poetas burgueses. 

    Hay que decir las cosas como son: 
    sólo uno que otro 
    supo llegar al corazón del pueblo. 
    Cada vez que pudieron 
    se declararon de palabra y de hecho 
    contra la poesía dirigida 
    contra la poesía del presente 
    contra la poesía proletaria. 

    Aceptemos que fueron comunistas 
    pero la poesía fue un desastre 
    surrealismo de segunda mano 
    decadentismo de tercera mano, 
    tablas viejas devueltas por el mar. 
    Poesía adjetiva 
    poesía nasal y gutural 
    poesía arbitraria 
    poesía copiada de los libros 
    poesía basada 
    en la revolución de la palabra 
    en circunstancias de que debe fundarse 
    en la revolución de las ideas. 
    Poesía de círculo vicioso 
    para media docena de elegidos: 
    'Libertad absoluta de expresión'. 

    Hoy nos hacemos cruces preguntando 
    para qué escribirían esas cosas 
    ¿Para asustar al pequeño burgués? 
    ¡Tiempo perdido miserablemente! 
    el pequeño burgués no reacciona 
    sino cuando se trata del estómago. 

    ¡Qué lo van a asustar con poesías! 

    La situación es ésta: 
    mientras ellos estaban 
    por una poesía del crepúsculo 
    por una poesía de la noche 
    nosotros propugnamos 
    la poesía del amanecer. 
    Este es nuestro mensaje, 
    los resplandores de la poesía 
    deben llegar a todos por igual 
    la poesía alcanza para todos. 

    Nada más, compañeros 
    nosotros condenamos 
    -Y esto sí que lo digo con respeto- 
    la poesía de pequeño dios 
    la poesía de vaca sagrada 
    la poesía de toro furioso. 

    Contra la poesía de las nubes 
    nosotros oponemos 
    la poesía de la tierra firma 
    -Cabeza fría, corazón caliente 
    somos tierrafirmistas decididos- 
    contra la poesía de café 
    la poesía de la naturaleza 
    contra la poesía de salón 
    la poesía de la plaza pública 
    la poesía de protesta social. 

    Los poetas bajaron del Olimpo.