El pequeño burgués, de Nicanor Parra | Poema

    Poema en español
    El pequeño burgués

    El que quiera llegar al paraíso 
    del pequeño burgués tiene que andar 
    el camino del arte por el arte 
    y tragar cantidades de saliva: 
    el noviciado es casi interminable. 

    Lista de lo que tiene que saber: 
    anudarse con arte la corbata 
    deslizar la tarjeta de visita 
    sacudirse por lujo los zapatos 
    consultar el espejo veneciano 
    estudiarse de frente y de perfil 
    ingerir una dosis de cognac 
    distinguir una viola de un violín 
    recibir en pijama a las visitas 
    impedir la caída del cabello 
    y tragar cantidades de saliva. 

    Todo tiene que estar en sus archivos. 
    Si su mujer se entusiasma con otro 
    le recomiendo los siguientes trucos: 
    afeitarse con hojas de afeitar 
    admirar las bellezas naturales 
    hacer crujir un trozo de papel 
    sostener una charla por teléfono 
    disparar con un rifle de salón 
    arreglarse las uñas con los dientes 
    y tragar cantidades de saliva. 

    Si desea brillar en los salones 
    el pequeño burgués 
    debe saber andar en cuatro pies 
    estornudar y sonreír a un tiempo 
    bailar un vals al borde del abismo 
    endiosar a los órganos sexuales 
    desnudarse delante del espejo 
    deshojar una rosa con un lápiz 
    y tragar toneladas de saliva. 

    A todo esto cabe preguntarse 
    ¿Fue Jesucristo un pequeño burgués? 

    Como se ve, para poder llegar 
    al paraíso del pequeño burgués 
    hay que ser un acróbata completo: 
    para poder llegar al paraíso 
    hay que ser un acróbata completo. 

    ¡Con razón el artista verdadero 
    se entretiene matando matapiojos! 

    Para salir del círculo vicioso 
    recomiendan el acto gratuito: 

    Aparecer y desaparecer 
    caminar en estado cataléptico 
    bailar un vals en un montón de escombros 
    acunar un anciano entre los brazos 
    sin despegar la vista de su vista 
    preguntarle la hora al moribundo 
    escupir en el hueco de la mano 
    presentarse de frac en los incendios 
    arremeter con el cortejo fúnebre 
    ir más allá del sexo femenino 
    levantar esa losa funeraria 
    ver si cultivan árboles adentro 
    y atravesar de una vereda a otra 
    sin referencias ni al por qué ni al cuándo 
    por la sola virtud de la palabra 
    con su bigote de galán de cine 
    a la velocidad del pensamiento