Nocturno, de Rafael Espejo | Poema

    Poema en español
    Nocturno

    La oscuridad del cielo adquiere perspectiva 
    por los astros que brillan entre nubes dispersas, 
    y es bello contemplarlo, y peligroso; 
    el crepitar de leña que nos sugiere el sexo, 
    canciones de acampada y juventud 
    dispuesta a emborracharse 
    con la luna; hay también 
    quietud en lo profundo, donde no ocurre nada, 
    allí donde podría imaginarse 
    un vuelo de lechuza que atraviesa el silencio. 

    Y todo se resume en la palabra 
    fugaz. 

    Pero yo me detengo en ese corro 
    que corteja a la vida, compartiendo 
    explosiones de júbilo y otra especie de guiños 
    que luego buscarán intimidad 
    a la luz de las brasas de la hoguera. 
    Uno de ellos parece ensimismado: 
    'mañana... estos momentos...' 
    se teme, 
    y no disfruta. 

    Entre tanto, las chicas, 
    sensuales con sus nucas descubiertas, 
    dotadas de misterio por reverberaciones 
    de llamas que iluminan, de vez en vez, sus rostros; 
    ajenas al dolor 
    que acaba de robarle la sonrisa 
    al joven pensativo. 
    Se saben triunfadoras del presente. 
    Y el presente les dura hasta mañana. 

    • Y aunque no quise el regreso 
      siempre se vuelve al primer amor. 
      Alfredo Le Pera 

       
      Tú quédate, no impidas 
      esta mano templada. 
      Muéstrate verdadera y dime, suave, 
      la lentitud del mundo si vives en la ausencia: 

    • La oscuridad del cielo adquiere perspectiva 
      por los astros que brillan entre nubes dispersas, 
      y es bello contemplarlo, y peligroso; 
      el crepitar de leña que nos sugiere el sexo, 
      canciones de acampada y juventud 
      dispuesta a emborracharse 

    • Al final de estos brazos unas manos 
      para tocar por gusto 
      o acercarle sustento 
      a la boca que pía. 

      Igualmente dos piernas acopladas 
      al tronco: lo pasean 
      con sus lagares dentro, 
      con sus filtros y bombas, 
      sus engranajes sordos.