El Dios que adora, de Raúl Gómez Jattin | Poema

    Poema en español
    El Dios que adora

    Son un dios en mi pueblo y mi valle 
    No porque me adoren Sino porque yo lo hago 
    Porque me inclino ante quien me regala 
    unas granadillas o una sonrisa de su heredad 
    O porque voy donde sus habitantes recios 
    a mendigar una moneda o una camisa y me la dan 
    Porque vigilo el cielo con ojos de gavilán 
    y lo nombro en mis versos Porque soy solo 
    Porque dormí siete meses en una mecedora 
    y cinco en las aceras de una ciudad 
    Porque a la riqueza miro de perfil 
    mas no con odio Porque amo a quien ama 
    Porque sé cultivar naranjos y vegetales 
    aún en la canícula Porque tengo un compadre 
    a quien le bauticé todos los hijos y el matrimonio 
    Porque no soy bueno de una manera conocida 
    Porque amo los pájaros y la lluvia y su intemperie 
    que me lava el alma Porque nací en mayo 
    Porque mi madre me abandonó cuando 
    precisamente 
    más la necesitaba Porque cuando estoy enfermo 
    voy al hospital de caridad Porque sobre todo 
    respeto solo al que lo hace conmigo Al que trabaja 
    cada día un pan amargo y solitario y disputado 
    como estos versos míos que le robo a la muerte.