Dibujo tu perfil del faro a las murallas Luz de alucinación son tus ojos de hierro El mar salta en las piedras y mi alma se equivoca El sol se hunde en el agua y el agua es puro fuego Eres casi de sueño Eres casi de piedra en el vaivén del tiempo
Arquetipo amoroso firme en la turbia edad esa manera tuya de calmarme las lágrimas De desbocar tu cuerpo contra el mío Enloquecido como un potro en una llanura incendiada De verter tus palabras en mi entendimiento cual veneno que cura la ausencia De recordar cosas usadas y olvidadas con un vuelo que ilumina y asombra
Es tarde amor El mar trae tormenta Hay una luna pálida que recuerda tu ombligo Y unas nubes livianas y pesadas como tus manos beben sedientas Así cuando yo sobre tu boca muero
Dibujo tu perfil del faro a las murallas Luz de alucinación son tus ojos de hierro El mar salta en las piedras y mi alma se equivoca El sol se hunde en el agua y el agua es puro fuego Eres casi de sueño Eres casi de piedra en el vaivén del tiempo
En el cielo profundo de mis masturbaciones ocupas ese ámbito de deseo irrefrenable y voraz Inagotable y tierno que te devora el sexo aunque tú no lo sepas Tu cuerpo habita el mío Y es tan mío como no pudo serlo allá en la realidad Es mío cuando yo te deseo
Cuando te conocí venía de estar muerto Muerto y amortajado en mis propios recuerdos Venía de esconderme en una grave locura que tomaba mi vida y se la ofrecía al viento para que él la llevara a un lugar ciego lejos libre de aquellas cosas que parecen la vida
En este cuerpo En el cual la vida ya anochece Vivo yo Vientre blando y cabeza calva Pocos dientes Y yo adentro Como un condenado Estoy adentro y estoy enamorado Y estoy viejo Descifro mi dolor con la poesía
Que te vas a acordar Isabel de la rayuela bajo el mamoncillo de tu patio de las muñecas de trapo que eran nuestros hijos de la baranda donde llegaban los barcos de La Habana cargados de... Cuando tenías los ojos dorados como pluma de pavo real
Del hongo stropharia y su herida mortal derivó mi alma una locura alucinada de entregarle a mis palabras de siempre todo el sentido decisivo de la plena vida Decir mi soledad y sus motivos sin amargura Acercarme a esa mula vieja de mi angustia
Son un dios en mi pueblo y mi valle No porque me adoren Sino porque yo lo hago Porque me inclino ante quien me regala unas granadillas o una sonrisa de su heredad O porque voy donde sus habitantes recios a mendigar una moneda o una camisa y me la dan