Elogio de los alucinógenos, de Raúl Gómez Jattin | Poema

    Poema en español
    Elogio de los alucinógenos

    Del hongo stropharia y su herida mortal 
    derivó mi alma una locura alucinada 
    de entregarle a mis palabras de siempre 
    todo el sentido decisivo de la plena vida 
    Decir mi soledad y sus motivos sin amargura 
    Acercarme a esa mula vieja de mi angustia 
    y sacarle de la boca todo el fervor posible 
    toda su babaza y estrangularla lenta 
    con poemas anudados por la desolación 
    De la interminable edad adolescente 
    otorgada por la cannabis sativa diré 
    un elogio diferente Su mal es menos bello 
    Pero hay imágenes en mi escritura 
    que volvieron gracias a su embrujo enfermizo 
    Ciertos amores regresaron investidos de fulgor 
    eterno Algunos pasajes de mi niñez volcaron 
    su intacta lumbre en el papel Desengaños 
    de siempre me mostraron sus ví: sceras 
    Hay quien confía para la vida en el arte 
    en la frialdad inteligente de sus razonamientos 
    Yo voy de lágrima en lágrima prosternado 
    Acumulando sílabas dolorosas que no nieguen 
    la risa Que la reafirmen en su cierta posibilidad 
    de descanso del alma No de su letargo 
    Voy de hospital en cárcel en conocidos inhóspitos 
    como ellos Almas con cara de hipodérmica 
    y lecho de caridad Entregándole mi compañía 
    a cambio de un hueso infame de alimento 
    Toda esa gran vida a los alucinógenos debo 
    La delicadeza de un alma no está casi 
    en los que se apropia Sino en el desprecio de ese estorbo 
    sangriento cual banquete de Tiestes 
    que la opulencia inconsciente ofrece vana y fútil