Eva, de Rosalía de Castro | Poema

    Poema en español
    Eva

    Mas ¿qué nube es aquella que, elevada, 
    llena de luz, por el oriente asoma, 
    virgen que viene en su pudor velada, 
    temprana flor con su primer aroma? 
    ¿Quién la que en tronos de zafir sentada, 
    blanca, pura y sin hiel, dulce paloma, 
    desciende hacia la tierra en raudo vuelo, 
    abandonando por la tierra el cielo? 

    ¡Es ella! ¡Una mujer! Fuente de vida, 
    diosa inmortal de pensamiento altivo, 
    del seno de los ángeles venida 
    para librar mi corazón cautivo: 
    es fruto de verdad, fuente querida 
    de quien mi libre inspiración recibo; 
    es la que, madre de las madres, lleva, 
    ¡nombre de bendición!, el nombre de Eva. 

    Como las auras del abril, liviana; 
    como la luz del sol, fuerte y hermosa, 
    es ella de quien dicen flor temprana, 
    fuente sellada, estrella misteriosa: 
    su rostro del color de la mañana, 
    suelta la blanda cabellera undosa, 
    la palabra suave, el paso leve 
    que a su ligero andar las flores mueve. 

    Mas hay en su mirada una tristeza 
    de inefable amantísimo delirio, 
    que aumenta el resplandor de su belleza, 
    la llama santa de un feliz martirio, 
    ¡oh pura fuente de inmortal limpieza, 
    sobre las ondas desmayado lirio! 
    ¡Oh cuán amada por tus penas eres, 
    mujer en quien esperan las mujeres!

    Rosalía de Castro (Santiago de Compostela, 1837 - Padrón, 1885). Fue registrada como hija de padre desconocido. Estudia francés, dibujo y música, para la que está muy dotada. Viaja a Madrid en 1856 y se aloja en casa de una de sus tías: Carmen Lugín de Castro, madre del escritor Pérez Lugín. Su primer libro, La flor, recibe elogios de Manuel Martínez Murguía en La Iberia. En 1858, a los veintiún años, se casa con este destacado crítico en Madrid. Tuvo seis hijos a pesar de su tuberculosis. La primera hija nacería en Santiago, aunque luego el matrimonio residió por razones laborales en diferentes lugares. En 1871 se trasladan a La Coruña, donde Murguía ocupa diferentes cargos públicos. La escritora compatibiliza su trabajo con la vida familiar. Siempre que su salud empeoraba, regresaba a su pazo de Padrón. Allí murió de cáncer de útero en 1885 a los 48 años. Extraordinaria poeta, escribió dos poemarios en gallego, Cantares gallegos (1863) y Follas novas (1880), y varias obras en prosa, como El caballero de las botas azules, escrita en 1867.