No puedo cerrar mis puertas, de Sara de Ibáñez | Poema

    Poema en español
    No puedo cerrar mis puertas

    No puedo cerrar mis puertas 
    ni clausurar mis ventanas: 
    he de salir al camino 
    donde el mundo gira y clama, 
    he de salir al camino 
    a ver la muerte que pasa. 

    He de salir a mirar 
    cómo crece y se derrama 
    sobre el planeta encogido 
    la desatinada raza 
    que quiebra su fuente y luego 
    llora la ausencia del agua. 

    He de salir a esperar 
    el turbión de las palabras 
    que sobre la tierra cruza 
    y en flor los cantos arrasa, 
    he de salir a escuchar 
    el fuego entre nieve y zarza. 

    No puedo cerrar las puertas 
    ni clausurar las ventanas, 
    el laúd en las rodillas 
    y de esfinges rodeada, 
    puliendo azules respuestas 
    a sus preguntas en llamas. 

    Mucha sangre está corriendo 
    de las heridas cerradas, 
    mucha sangre está corriendo 
    por el ayer y el mañana, 
    y un gran ruido de torrente 
    viene a golpear en el alba. 

    Salgo al camino y escucho, 
    salgo a ver la luz turbada; 
    un cruel resuello de ahogado 
    sobre las bocas estalla, 
    y contra el cielo impasible 
    se pierde en nubes de escarcha. 

    Ni en el fondo de la noche 
    se detiene la ola amarga, 
    llena de niños que suben 
    con la sonrisa cortada, 
    ni en el fondo de la noche 
    queda una paloma en calma. 

    No puedo cerrar mis puertas 
    ni clausurar mis ventanas. 
    A mi diestra mano el sueño 
    mueve una iracunda espada 
    y echa rodando a mis pies 
    una rosa mutilada. 

    Tengo los brazos caídos 
    convicta de sombra y nada; 
    un olvidado perfume 
    muerde mis manos extrañas, 
    pero no puedo cerrar 
    las puertas y las ventanas, 
    y he de salir al camino 
    a ver la muerte que pasa.