No puedo cerrar mis puertas ni clausurar mis ventanas: he de salir al camino donde el mundo gira y clama, he de salir al camino a ver la muerte que pasa.
Sobre este muro frío me han dejado con la sombra ceñida a la garganta donde oprime sus brotes de tormenta un canto vivo hasta quebrarse en ascuas. Yo aquí mientras el sueño los despoja y en sueños comen su mentida baya