Para llorar, de Vicente Huidobro | Poema

    Poema en español
    Para llorar

    Es para llorar que buscamos nuestros ojos 
    para sostener nuestras lágrimas allá arriba 
    en sus sobres nutridos de nuestros fantasmas 
    es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día 
    y sobre nuestra memoria de carne 
    es para llorar que apreciamos nuestros huesos y a la muerte sentada junto a la novia 
    escondemos nuestra voz de todas las noches 
    porque acarreamos la desgracia 
    escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras 
    respiramos más suavemente que el cielo en el molino 
    tenemos miedo 

    nuestro cuerpo cruje en el silencio 
    como el esqueleto en el aniversario de su muerte 
    es para llorar que buscamos palabras en el corazón 
    en el fondo del viento que hincha nuestro pecho 
    en el milagro del viento lleno de nuestras palabras 

    la muerte está atornillada a la vida 
    los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar 
    las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada 
    los rostros se alejan entre los pinos de la memoria 
    y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable 
    el viento abre los ojos de los ciegos 
    es para llorar para llorar 

    nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces 
    nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras 
    paloma de nube y de noche 
    de nube en nube y de noche en noche 
    esperamos en la puerta el regreso de un suspiro 
    miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido 

    ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios 
    es para poder llorar es para poder llorar 
    porque las lagrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde 

    es para llorar que la vida es tan corta 
    es para llorar que la vida es tan larga 

    el alma salta de nuestro cuerpo 
    bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes 
    la noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles 
    la noche llega a paso de montaña 
    sobre el piano donde el árbol brota 
    con sus mercancías y sus signos amargos 
    con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo 
    la ciudad cae en el saco de la noche 
    desvestida de gloria y de prodigios 
    el mar abre y cierra su puerta 
    es para llorar para llorar 
    porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino 

    es para llorar que buscamos la cuna de la luz 
    y la cabellera ardiente de la dicha 
    es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma 
    es para llorar que abandonamos los campos de las simientes 
    en donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua del mañana 

    es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia 
    y que no apagamos el fuego del cerebro 

    es para llorar que la muerte es tan rápida 
    es para llorar que la muerte es tan lenta

    Vicente Huidobro (Chile, 1893-1948), es considerado, junto a Neruda, de Rokha y Mistal, uno de los cuatro grandes de la poesía chilena. Inició el movimiento artístico llamado "Creacionismo", que pretendía hacer de la poesía un instrumento de creación absoluta donde el mundo de los objetos sería secundario, creando un mundo referencial de la propia poesía.

    • El pájaro de lujo ha mudado de estrella 
      aparejad bajo la tempestad de las lágrimas 
      vuestro ataúd a vela 
      donde se aleja el instrumento del encanto 

      en las vegetaciones de los recuerdos 
      las horas en torno de nosotros hacen sus viajes 

    • Que el verso sea como una llave 
      que abra mil puertas. 
      Una hoja cae; algo pasa volando; 
      cuanto miren los ojos creado sea, 
      y el alma del oyente quede temblando. 

      Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; 
      el adjetivo, cuando no da vida, mata. 

    • Es inútil andar por el desprecio con el desprecio a cuestas 

      es inútil marchar por el cielo y con el cielo al hombro 
      es inútil ser mar con grandes alas como noches 
      nunca la verde pluma solitaria tan alta y musical 
      calmará sus anhelos ni las rocas violentas del planeta 

    • Ella daba dos pasos hacia adelante 
      daba dos pasos hacia atrás 
      el primer paso decía buenos días señor 
      el segundo paso decía buenos días señora 
      y los otros decían cómo está la familia 
      hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo 

    • Marcho día y noche 
      como un parque desolado. 
      Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos; 
      miro el cielo y su hierba que aprende a cantar; 
      miro el campo herido a grandes gritos, 
      y el sol en medio del viento. 

    • Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad? 
      ¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa 
      Con la espada en la mano? 
      ¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios? 
      ¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser?