La ternura es una mano que se extiende en el vacío donde a veces nos hundimos por aquello de vivir, convirtiendo en mariposas, la rutina y el hastío y sembrándonos de rosas, los caminos a seguir.
Me llegará lentamente y me hallará distraído probablemente dormido sobre un colchón de laureles. Se instalará en el espejo, inevitable y serena y empezará su faena por los primeros bosquejos.