A mis amigos les adeudo la ternura y las palabras de aliento y el abrazo el compartir con todos ellos la factura que nos presenta la vida paso a paso.
a mis amigos les adeudo la paciencia de tolerarme las espinas más agudas los arrebatos del humor le negligencia, las vanidades los temores y las dudas.
Un barco frágil de papel parece a veces la amistad pero jamás puede con él la más violenta tempestad porque ese barco de papel tiene aferrado a su timón por capitán y timonel un corazón, un corazón, mi corazón.
A mis amigos les adeudo algún enfado que perturbaba alguna vez nuestra armonía sabemos todos que no puede ser pecado el discutir alguna vez por una amiga.
A mis amigos legaré cuando me muera mi devoción en un acorde de guitarra y entre los versos olvidados de un poema Mi pobre alma incorregible de cigarra.
Un barco frágil de papel parece a veces la amistad pero jamás puede con él la más violenta tempestad porque ese barco de papel tiene aferrado a su timón por capitán y timonel un corazón, un corazón, mi corazón.
Amigo mío si esta copla como el viento a donde quieras escucharla te reclama serás plural porque no exhibe el sentimiento cuando se llevan los amigos en el alma.
La ternura es una mano que se extiende en el vacío donde a veces nos hundimos por aquello de vivir, convirtiendo en mariposas, la rutina y el hastío y sembrándonos de rosas, los caminos a seguir.
Me llegará lentamente y me hallará distraído probablemente dormido sobre un colchón de laureles. Se instalará en el espejo, inevitable y serena y empezará su faena por los primeros bosquejos.