Poeta, de Ángela Figuera Aymerich | Poema

    Poema en español
    Poeta

    Más de un día me duele ser poeta. Me duele 
    tener labios, garganta, que se ordenan al canto. 

    Es tan fácil vivir cuando sólo se vive 
    mudo y simple, esquivando la pesquisa y el vértigo. 

    Pero aquél que es poeta ni en mitad del tumulto 
    ni emboscado en la orilla logrará su descanso. 

    Porque el ojo sin párpado no consigue la noche 
    y en acecho infinito se le enciende y afila. 
    Porque todo el misterio, despeñada gaviota, 
    le golpea el cantil de las sienes desnudas 
    y, en la boca, transidas de belleza imposible, 
    las enormes palabras se le agolpan y enredan. 

    Porque vive y lo sabe. Porque muere y lo sabe. 
    Pero el grito convulso de su vida y su muerte 
    es halcón insumiso que las nubes devoran. 

    Océanos, ciclones, bosques, astros habitan 
    en el ámbito estrecho que su cráneo circunda. 
    Olas, aves, raíces, pulsaciones, acordes, 
    por la red de los nervios se le enroscan vibrando. 

    ¡Qué avidez de contornos le agudiza los dedos! 
    ¡Qué avidez de caminos le estremece las plantas! 

    En el pecho le crece su imperioso destino. 

    Y, ni dentro ni fuera, en la fina tangente 
    que tan sólo en un punto a lo cierto se ajusta, 
    solitario y alerta, desvelado o sonámbulo, 
    el poeta mantiene su equilibrio difícil.