Ausencia, de Baldomero Fernández Moreno | Poema

    Poema en español
    Ausencia

    Es menester que vengas, 
    mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho, 
    y torno a ser el hombre abandonado 
    que antaño fui, mujer, y tengo miedo. 

    ¡Qué sabia dirección la de tus manos! 
    ¡Qué alta luz la de tus ojos negros! 
    Trabajar a tu lado, ¡qué alegría!; 
    descansar a tu lado, ¡qué sosiego! 

    Desde que tú no estás no sé cómo andan 
    las horas de comer y las del sueño, 
    siempre de mal humor y fatigado, 
    ni abro los libros ya, ni escribo versos. 

    Algunas estrofillas se me ocurren 
    e indiferente, al aire las entrego. 
    Nadie cambia mi pluma si está vieja 
    ni pone tinta fresca en el tintero, 
    un polvillo sutil cubre los muebles 
    y el agua se ha podrido en los floreros. 

    No tienen para mí ningún encanto 
    a no ser los marchitos del recuerdo, 
    los amables rincones de la casa, 
    y ni salgo al jardín, ni voy al huerto. 
    Y eso que una violenta Primavera 
    ha encendido las rosas en los cercos 
    y ha puesto tantas hojas en los árboles 
    que encontrarías el jardín pequeño. 

    Hay lilas de suavísimos matices 
    y pensamientos de hondo terciopelo, 
    pero yo paso al lado de las flores 
    caída la cabeza sobre el pecho, 
    que hasta las flores me parecen ásperas 
    acostumbrado a acariciar tu cuerpo. 

    Me consumo de amor inútilmente 
    en el antiguo, torneado lecho, 
    en vano estiro mis delgados brazos, 
    tan sólo estrujo sombras en mis dedos... 

    Es menester que vengas; 
    mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho. 
    Ya sabes que sin ti no valgo nada, 
    que soy como una viña por el suelo, 
    ¡álzame dulcemente con tus manos 
    y brillarán al sol racimos nuevos. 

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