Credo, de Elisabeth Mulder | Poema

    Poema en español
    Credo

    Porque tu gracia es pura, 
    creo en tu gracia, flor; 
    y en la tuya, celeste criatura 
    de amor. 
    Creo en tu fortaleza, 
    árbol potente, 
    y creo en tu belleza 
    ¡oh, Madona doliente! 
    y en la suave tristeza 
    que te nimba la frente. 
    Hombre, yo creo en tu honradez 
    y en el duro trabajo de tu mano 
    y en tu mente que crea 
    día tras día por el bien humano 
    con el resplandor vivo de la idea. 
    También creo en ti, gusano. 
    Creo en la estrella 
    como creo en el lodo, 
    porque todo destella, 
    porque todo ilumina 
    a su modo. 
    Y porque creo en su doctrina 
    creo en Dios ante todo. 
    creo en el agua cristalina 
    y en la alta roca enhiesta; 
    y en la mañana campesina 
    y en la noche de fiesta 
    galante. 
    Creo en la espina 
    y creo en el diamante. 
    creo en ti, serpiente de ponzoña llena, 
    en ti, maléfica sirena 
    sensual; 
    y en ti, abeja de néctar borracha; 
    y en ti, pobre muchacha 
    sentimental. 
    Abismo, creo en ti. 
    Mar, en ti creo. 
    Y en ti, dolor que abundas; 
    y en ti, risa que todo lo fecundas. 
    Aire, aunque ni te palpo ni te veo 
    creo en ti, pies me circundas, 
    creo en ti, pues te deseo. 
    Zarzal, yo creo en ti. 
    Y en ti, soleado 
    fruto maduro. 
    Y en ti, pasado, 
    y en ti futuro, 
    y en ti, volcán hirviente; 
    y en ti, playa de Oriente 
    que nunca vi. 
    solamente… 
    ¡Ah, solamente 
    no creo en mí!