La palabra, de Felipe Benítez Reyes | Poema

    Poema en español
    La palabra

    La mano que reposa en la mano de amante, 
    jugando con la joya de algún aniversario. 

    Los tacones rojos de una puta vestida de rojo 
    por el pasillo de un hotel de alfombras rojas. 

    La adolescente que se pone los calcetines escoceses 
    en un almacén de bebidas, 
    sentada sobre un fardo de cartones, mirando su reloj, 
    contando unos billetes. 

    El jubilado que vuelve 
    a casa con un ramo 
    de rosas sin abrir -y medio siglo 
    vivido ya- con esa vieja 
    que cocina sin sal y apenas habla. 

    El cliente del peep-show, mirando 
    a través del cristal de la cabina 
    -como un caleidoscopio de quimeras y bragas- 
    el girar de unos cuerpos que sonríen. 

    El muchacho que entra en el bar de ambiente 
    con ojos de gacela lastimada. 

    El viajero que besa la foto familiar. 

    El viajero que desliza 
    por el mostrador la tarjeta 
    de crédito y se pierde 
    con la muchacha elegida por el laberinto de los reservados 
    bajo las luces especiales de un reino de peluche. 
    El que pronuncia un nombre, y no se duerme, 
    y abraza la almohada, 

    Los colegiales que se besan en los jardines del internado. 

    La separada joven que mira el teléfono, 
    rogándole que suene. 

    El señor atildado que detiene su coche en una esquina 
    y cierra un trato 
    con el chapero de las zapatillas de deporte. 

    El niño que busca el cuarto oscuro 
    para quedarse a solas con la gélida 
    imagen de una modelo de revistas de moda. 

    Contra nosotros mismos: lo que llamamos amor. 

    Y cada cual pronuncia esa palabra 
    con un secreto temor y una secreta demencia.