Cuando pienso que el verso más extraño
tendrá más Vida que mi vida entera,
y me verán mejor en ese engaño
que mirando en mi alma verdadera;
y cuando sé que existirán mañana
fieles lectores de mi poesía,
pero con una idea tan lejana,
que nada rima con el alma mía;
una furia terrible, ante el fracaso
de un mundo así, me ahoga y me condena
a las noches de horror y desvarío
donde sigo esta angustia paso a paso;
hasta que no soy más que rabia y pena,
y no hay palabras ya para mi hastío.