No duermes bajo los cipreses,
pues no hay sueño en el mundo.
El cuerpo es la sombra de los vestidos
que cubren tu ser profundo.
Viene la noche, que es la muerte,
y la sombra acabó sin ser.
Vas en la noche sólo silueta,
igual a ti sin querer.
Mi amor, no yo, mi amor es egoísta;
mi amor por ti se quiere más que a ti,
y más que a mí, razón de que él exista:
me quiere vivo por vivir en mí.
En un país de puentes, será el puente
más cierto y más real que los abismos;
si todo es Relación, más consistente
será el Amor que los amantes mismos.
Y me pongo a pensar, en consecuencia,
si no seremos más que lo Intangible
sólo Intervalos de la Realidad,
Huecos de Dios, Vacíos de la Esencia.
Si en el Pensar es esto concebible,
¿no lo será también en la Verdad?