texto_poema
Llueve a cántaros. La piel es como un cristal. Vida en cascada.
Paisaje y compañía dispersos en la memoria.
El rastro de las caricias sobre el vaho de lo inconfesable.
La tormenta está formada por minúsculas tormentas. A veces juego a las montañas, ella duda del desierto atravesando mi garganta.
Llueve a cántaros. La fuente se aleja.
El deseo es una declaración. Amor-confesión.
Declaré abrazado a su cuerpo territorios de mi alma. El puente capital del deseo.
Confesé abrazado a su cuerpo los conatos de la ausencia, el papel negro y bailar sin amor.
Un problema está hecho de problemas. Hoy sin embargo llueve.
Suena el tocadiscos, parece un microondas.
Lo mejor de sus regalos era conservarlos en la piel.
Promesas como nubes abstractas bajo la lluvia.