El interés de la deuda soberana no cabe en un poema. La poesía es infantil frente a dos puntos de la prima de riesgo, el descenso de la demanda agregada o la eficiencia de nuevos mecanismos de esperanza.
Otro como tantos idiomas insostenibles pero necesarios.
(espacio para la publicidad)
Deflación de lo que falta, tasa de moderación del consumo, adecuación necesaria (publicidad y seguimos) a la oferta;
crisis bancaria y rescatada además con desahucios y estafas.
(impunidad publicitaria: inmunidad del que paga)
La economía no cree en el mañana cuando se termina la obra. Las familias habitan en manos de maquinaria pesada.
Ilusión cíclica, una apuesta segura por la ignorancia.
¿Está usted loco? Loco está usted, loco, usted está usted, y yo no le digo nada. Quien diga lo contrario loco miente usted, está usted, usted está y yo soy el loco. Para estar hay que creer. ¿Loco? Espere usted.
Transcurrir en banquete o hambruna, vida requerida, dulce, insatisfactoria, limitada a intermitencias como lo está una cucharilla: liviana, ligera sólo contiene lo que no rebosa, agujero en potencia.
No puedo quitarme, no puedo sacar de mi cabeza la memoria flácida y marmórea carne más allá de esta frontera epidérmica que una viva imagen de muerte ignora.