El sol de la timidez
me lame la nuca,
eriza las ideas
en atascado fluir del verbo,
lengua sin idioma,
paladar sin verso.
¿A qué sabe un poema?
¿De qué color son los sueños?
Blanco, amarillo, violeta
amargo, si no es compartido.
Son frías estas almas de piedra
haciendo cola.
Sospechan dentro de diminutos bolsos
de las miradas largas.
Pagan fríamente, acorde a sus frías
demandas. Han comprado grasa,
vanas esperanzas congeladas,
algunos desinfectantes para almas
(que no quieren)
y una colección de deseos,
por si vuelven.
Son frías y bien ordenadas
estas obradas almas sin obra.
Los condenados deciden libres su última cena
en este frío invierno de condenas compartidas.