Si no te quise mañana,
por qué iba a quererte hoy, así,
como te querré en épocas pasadas.
Los planetas no se alinean
con las salamandras,
hojas secas se visten de guerras
bajo esta suela descalza.
Si no te quise mañana
será por las olas de mi cabeza,
no será por las mareas ensalzadas
que tocaban tras la puerta.
Cuando todo deje de ser inercia
gobernada por la baba,
los mudos por fin crean
que es nada mas algo la nada.
Por qué iba a quererte así, lastrada
por las dulces apariencias
y tu zarza conciencia innata;
ser mierda en un pecho sin tierra.
Las naturalezas son ciertas,
no son vagones o estaciones saladas,
hayan sido consecuencias
las naturalezas no son esclavas.
Como te querré en épocas pasadas
no he querido nunca quien siembra,
como te quiero, ya tarde, ya nada,
recoger más juntos, siempre cosecha.
Ya sé lo que me pasa.
Hube de mutilar ciertas rutinas
(ruinas)
excavarme el torácico sueño
(suelto)
pero ya lo sé y no hay distancia
que lo niegue.
Ya sé qué soy. Y tantas otras.
Vas a morir
(por si no lo sabías).
Puedes seguir
viviendo en fascículos
de mes a mes.
A incómodos plazos
sin intereses.
De todas formas,
vas a morir.
Por si no lo sabías.
Es preferible
ser hermano del hambre
a sobrino de la opulencia.
En estos tiempos
de venta de nuevos conceptos
a través de la ignorancia misma
es fácil estar del lado
de lo innecesario.
Hay un tiburón en la bañera.
Ya le he dicho al pequeño jardinero
que deje tranquilos los rosales.
Él nada. Erre que erre.
Dice mi coach que le lea cuentos por la noche.
Mal consejo. Para eso le pago.
Le pago mal y tarde, para que no se confíe.
El interés de la deuda soberana no cabe
en un poema. La poesía es infantil frente a
dos puntos de la prima de riesgo,
el descenso de la demanda agregada o la
eficiencia de nuevos mecanismos de esperanza.
Se llaman estromatolitos,
sedientos devoradores de luz
a milenios defecando oxígeno.
Bacterias como yo y como tú
en mitad del universo; seres vivos.
Creadores de viento y lluvia,
dioses minúsculos, diosas burbuja.
Si usted no tiene una cuenta en Suiza
no entenderá este poema,
no entenderá las noticias,
las causas de la guerra,
las semanas de siete días.
¿Juegas?
Si pudiera decir las olas
que surcan las quillas de mi nube
se hundirían las anclas,
los camarotes y hasta el biruje.
¿A quién conoces viajero?
No levanta la cara del mapa,
náufraga mirada entre letras,
bordes y corrientes de nácar.