Las estrellas, de Gastón Baquero | Poema

    Poema en español
    Las estrellas

    ¡Cuántas estrellas anoche! 
    ¡Yo las veía tan claras y cercanas 
    como higos de cristal, como frutillas azules! 
    Me parecía, Teresa, 
    que todas las estrellas te miraban 
    con la misma alegría con que te miran 
    los ojos de mi alma. 

    Bocarriba en el campo, 
    solos la tierra y yo con las estrellas, 
    yo ponía mis ojos 
    en el pueblo de ojillos azulosos 
    que desde arriba podía contemplarte 
    con tantos ojos como estrellas tiene 
    el cielo blanco. 

    ¿O serán las estrellas 
    las orejas del cielo, 
    por donde arriba oyen 
    tu cantar cuando hilas 
    o tu risa en el baile? 

    ¿O serán las estrellas 
    como un sarpullido 
    que en la piel del cielo 
    provoca rasquiñas, 
    y comezón, y ansias, 
    y por eso titilan 
    y brincan las estrellas? 

    No: son ojos las estrellas, 
    son miradas, son fiestas. 
    Yo anoche bien veía 
    que estaban contentas y felices, 
    como quien puede mirar desde un collado 
    a una moza llamada Teresa 
    mientras va por la cabra 
    o recoge azucenas. 

    Y yo quería tener, yo deseaba 
    tantos ojos como tiene el cielo 
    para verte con ellos. Yo me sentía 
    el cuerpo hecho un acerico 
    de estrellas y de ojos. 
    Por la piel 
    me picaban y corrían 
    todas las estrellas. 
    ¡Pudiera yo ser cielo 
    y eternamente verte 
    con los innumerables ojos 
    de mis estrellas! 

    Sentados a los pies del profesor 
    preguntábamos: ¿y la eternidad? 
    Y el buen viejo nos miraba con enojo, 
    hasta que por fin decía, contemplándose las manos: 
    'La eternidad no ha sido definida, pues se necesita 
    una eternidad entera para que abarquemos 
    el concepto de la eternidad. ¿Habéis comprendido?' 
    Y nosotros, sentados a los pies del profesor, 
    nos reíamos tanto, reíamos con tan poco cansancio, 
    que nos llevaba una eternidad consumir la risa 
    producida por la definición exacta de la eternidad.