Era el mes que aplicaba sus teorías cada vez que un amor nacía en torno cediendo dócil peso y calorías cuando por caridad ya para adorno en beneficio de esos amadores que hurtan siempre relámpagos y flores
Los hombros de los filósofos constituyen el acueducto por donde nos llega la sangre obtenida del deshielo de los más altos corazones Si yo aplico mis fauces a esa raída de siglos se me estremecen de alas todos los árboles de mis venas