Un pájaro me canta y yo le canto me gorgojea al oído y le gorgojeo me hiere y yo le sangro me destroza lo quiebro me deshace lo rompo me ayuda lo levanto lleno todo de paz todo de guerra todo de odio de amor y desatado gime su voz y gimo ríe y río y me mira y lo miro me dice y yo le digo y me ama y lo amo -no se trata de amor damos la vida- y me pide y le pido y me vence y lo venzo y me acaba y lo acabo.
Una lluvia pausada, alargada, serena, envolvente, inquietante, sostenida, perfecta. He dejado la música, ahogué todas las voces para escuchar la suya que suena tenazmente como un hilo de plata dentro de un viejo odre.
El sol el sol su lumbre su afectuoso cuidado su coraje su gracia su olor caliente su alto en la mitad del día cayéndose y trepando por lo oscuro del cielo tambaleándose y de oro como un borracho puro.
Esta limitación esta barrera esta separación esta soledad la conciencia la efímera gratuita cerrada ensimismada conciencia esta conciencia existiendo nombrándose fulgurando un instante en la nada absoluta en la noche absoluta
Ya no será ya no no viviremos juntos no criaré a tu hijo no coseré tu ropa no te tendré de noche no te besaré al irme nunca sabrás quién fui por qué me amaron otros.
Como ando por la casa diciéndote querido con fervorosa voz con desesperación de que pobre palabra no alcance a acariciarte a sacrificar algo a dar por ti la vida querido a convocarte a hacer algo por esto