No vive en este barrio. No conoce las tiendas. No conoce a las gentes que se afanan en ellas. No sabe a lo que vino. No compra aquí la prensa. Recuerda las esquinas que los perros recuerdan.
Ventanas encendidas le agrandan la tristeza. Corazón traseúnte, junto a las casas nuevas camina vacilando, como un hombre a quien llevan. El viento del suburbio se le enreda en las piernas.
La calle como entonces. Como entonces ajena. Y el aire oscurecido la noche que se acerca. Cuando dobla la esquina y aprieta el paso, sueña que el tiempo no ha cambiado, jugando a que regresa.
C' est une chanson qui nous ressemble. Kosma y Prévert: Les feuilles mortes
Os acordáis: Europa estaba en ruinas. Todo un mundo de imágenes me queda de aquel tiempo descoloridas, hiriéndome los ojos con los escombros de los bombardeos.
Despiértate. La cama está más fría y las sábanas sucias en el suelo. Por los montantes de la galería llega el amanecer, con su color de abrigo de entretiempo y liga de mujer.
En el castillo de Luna Tenéis al anciano preso. ... Cansadas ya las paredes de guardar tan largo tiempo a quien recibieron mozo y ya le ven cano y ciego Romancero de Bernardo del Carpio
Heu! quantum per se candida forma valet! Propercio, II, 29, 30
A qué vienes ahora, juventud, encanto descarado de la vida? ¿Qué te trae a la playa? Estábamos tranquilos los mayores y tú vienes a herirnos, reviviendo
No vive en este barrio. No conoce las tiendas. No conoce a las gentes que se afanan en ellas. No sabe a lo que vino. No compra aquí la prensa. Recuerda las esquinas que los perros recuerdan.