Melancolía del destierro, de José Ángel Valente | Poema

    Poema en español
    Melancolía del destierro

    Lo peor es creer 
    que se tiene razón por haberla tenido 
    o esperar que la historia devane los relojes 
    y nos devuelva intactos 
    al tiempo en que quisiéramos que todo comenzase. 
    Pues ni antes ni después existe ese comienzo 
    y el presente es su negación y tú su fruto 
    hermano consumido en habitar tu sombra. 

    Lo peor es no ver que la nostalgia 
    es señal de engaño o que este otoño 
    la misma sangre que tuvimos canta 
    más cierta en otros labios. 

    Y peor es aún ascender como un globo, 
    quedarse a medio cielo, 
    deshincharse despacio, 
    caer en los tejados de espaldas a la plaza, 
    no volver al gran día. 

    La gloria de aquel acto 
    era toda futura. 
    Pero tú olvidas cuanto 
    pusiste en él, mientras los muertos 
    brotando están a flor de tierra ahora 
    para hacer con sus manos 
    la casa, el pan y la mañana nuestra. 

    Y tú en tu otoño de recordatorios, 
    en tu rosario quieto, 
    igual que un héroe de metal fundido, 
    famoso en unos pocos 
    metros a la redonda, 
    ilustre en ignorancia de la hora inmediata 
    y casi sordo de tristeza. 
    Pienso 
    si no supiste combatir, 
    si no te defendiste por donde más te herían 
    o si acaso ignorabas que el destierro es a veces 
    más cruel que la muerte. 

    Sobremueres. 
    Te han vendido a ti mismo, 
    a tu perfil lejano entre metralla y cantos 
    o te has dejado herir con un solo disparo 
    de luz petrificada en la boca del alma.

    José Ángel Valente nació en Orense en 1929. Cursó estudios en las Universidades de Santiago de Compostela y Madrid, donde se licenció en Filología Románica. Enseñó algunos años en el Departamento de Español de la Universidad de Oxford, de la que recibió el grado de Master of Arts. Ha publicado los siguientes libros de poesía: A modo de esperanza (1955) (Premio Adonais 1954), Poemas a Lázaro (1960) (Premio de la Crítica), La memoria y los signos (1966), Siete representaciones (1967), Breve son (1968), Presentación y memorial para un monumento (1970), El inocente (1970), Treinta y siete fragmentos (1972), Interior con figuras (1976), Material memoria (1979), Mandorla (1982), El fulgor (1984), Al dios del lugar (1989), No amanece el cantor (1992) (Premio Nacional de Poesía) y Nadie (1996). Su obra poética en gallego se reúne en Cántigas de alén (1996). Reunió parte de sus ensayos en el volumen Las palabras de la tribu (1971). Es autor asimismo de un ensayo sobre Miguel de Molinos, que precede a una edición de escritos de dicho tratadista (1974) y del volumen de textos narrativos y poéticos en prosa El fin de la edad de plata (Seix Barral, 1973). Ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1988 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1998.