Lluvia, de Juan Gelman | Poema

    Poema en español
    Lluvia

    hoy llueve mucho, mucho, 
    y pareciera que están lavando el mundo 
    mi vecino de al lado mira la lluvia 
    y piensa escribir una carta de amor/ 
    una carta a la mujer que vive con él 
    y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él 
    y se parece a su sombra/ 
    mi vecino nunca le dice palabras de amor a la 
    mujer/ 
    entra a la casa por la ventana y no por la puerta/ 
    por una puerta se entra a muchos sitios/ 
    al trabajo, al cuartel, a la cárcel, 
    a todos los edificios del mundo/ pero no al mundo/ 
    ni a una mujer/ni al alma/ 
    es decir/a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así/ 
    como hoy/que llueve mucho/ 
    y me cuesta escribir la palabra amor/ 
    porque el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/ 
    y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran/ 
    y cuándo/y cómo/ 
    pero el alma qué puede explicar/ 
    por eso mi vecino tiene tormentas en la boca/ 
    palabras que naufragan/ 
    palabras que no saben que hay sol porque nacen y 
    mueren la misma noche en que amó/ 
    y dejan cartas en el pensamiento que él nunca 
    escribirá/ 
    como el silencio que hay entre dos rosas/ 
    o como yo/que escribo palabras para volver 
    a mi vecino que mira la lluvia/ 
    a la lluvia/ 
    a mi corazón desterrado/ 

    • habría un par de cosas que decir/ 
      que nadie la lee mucho/ 
      que esos nadie son pocos/ 
      que todo el mundo está con el asunto de la crisis mundial/ y 
      con el asunto de comer cada día/se trata 
      de un asunto importante/recuerdo 
      cuando murió de hambre el tío juan/ 

    • No sé por qué te amo. 
      Sé que por eso te amo. 
      Cae mi lengua, como la de Catulo, 
      en su doble noche de deseo. 
      Nadie vuelve de vos 
      a lo que fue. Cuando callan 
      las palabras inevitables, las 
      repeticiones del dolor y 
      los huecos de la tiniebla alta, 

    • ¿se fue por el aire o era 
      una invención de cuello verde 
      Isidoro Ducasse de Lautréamont 
      se fue por el aire o era: 
      una invención de cuello verde 
      un Isidoro del otro amor 
      que comía rostros podridos 
      melancolías desesperos 

    • Y construí tu rostro. 
      Con adivinaciones del amor, construía tu rostro 
      en los lejanos patios de la infancia. 
      Albañil con vergüenza, 
      yo me oculté del mundo para tallar tu imagen, 
      para darte la voz, 
      para poner dulzura en tu saliva. 

    • En un colchón de piedras duerme 
      el saqueo del sueño, la 
      lengua cortada en pedacitos 
      de la memoria a la linda alondra. 
      Qué es una alondra preguntaba 
      la multitud que come altura, el 
      existir que no quiere 
      ser ensuciado, la violenta 

    • Padre, 
          desde los cielos bájate, he olvidado 
      las oraciones que me enseñó la abuela, 
      pobrecita, ella reposa ahora, 
      no tiene que lavar, limpiar, no tiene 
      que preocuparse andando el día por la ropa, 
      no tiene que velar la noche, pena y pena,